El concepto de equipo es complicado de definir. Sobre todo si comenzamos a tener en cuenta la estructura que no se refiere estrictamente a los once que juegan más el cuerpo técnico. Es decir, la gestión económica, la relación masa-club, etcétera. Pero, con seguridad, si pensamos en el global llevado a cabo con sumo acierto, el primer equipo en llegar a la mente es el Oporto. Pinto da Costa ha conseguido que la idea y base del club sea estable a partir de unos parámetros muy claros: productividad. El ejemplo más visual más allá de los resultados deportivos es el rédito económico en relación a compra-venta de jugadores: superávit de 233 millones de euros. A grandes rasgos, se puede establecer una vinculación directa entre rendimiento económico y modelo de juego.